nicolás campodonico

Dos caminos principales recorren el parque discurriendo entre las cotas altas (no inundables) del terreno. El primero inicia en la plaza cívica y copia el limite norte del parque, una vez culminado este se propone ( buscando el enlace urbano) la prolongación del mismo a modo de costanera hasta llegar a la rotonda del Barrio Centenario y por medio de un puente peatonal lograr la conexión de este emblemático y popular barrio santafesino. El segundo inicia su recorrido en el embarcadero, y pasando por la plaza cívica busca recomponer el enlace urbano en dirección este y consolidar así un sistema de recorridos peatonales costaneros muy ligados al sistema de áreas verdes ya existente en el planeamiento y en los hechos de la ciudad.

Un sistema de caminos secundarios facilita la “Colonización” del parque y permite alojar en sectores diferenciados distintas áreas deportivas, de camping, aeróbicas y de ocio. Este sistema oscila entre cotas altas y bajas permitiendo y controlando distintas instancias de inundación del predio, aprovechando la naturaleza cambiante del río para producir diversos paisajes de tierra y agua.

Toda la propuesta esta en estrecha relación con la formidable vegetación existente que se mantiene en su totalidad. No se prevé la implantación de nuevos ejemplares, ya que se desea conservar la estética espontánea y aleatoria que tienen hoy sus valiosos ejemplares.

Cuando imaginamos un monumento, pensamos en grandiosidad. Esta idea de imponencia ha sido interpretada a lo largo de la historia de diversas maneras, de las cuales la más usual ha sido la altura. Cuanto más alto era un monumento, más exitoso. Sin embargo, nada mas distante a esta idea que la de la Constitución Nacional. Ella habla de paridad, de transversalidad, no hay privilegios, y los derechos y obligaciones son emanados con igualdad. Por ello este monumento se erige imponente, pero en horizontal, donde nadie bajo él encontrará una cima de poder, pero si un horizonte de igualdad.